CASO ALCACER DESCLASIFICADO


CASO ALCACER DESCLASIFICADO

 

Por: Juan De La Familia Lankamp

Director Comunications CENIC Div. Europe Area

 

Después de años de investigación y análisis de hechos y pruebas, es que ahora se hacen públicas más documentación en referencia al Caso del asesinato múltiple de Alcacer, por primera vez se muestra esta información periodística en video para su denuncia y el posterior análisis del público, esto fruto de años de trabajo de periodismo ético y veraz, que logran mostrar las profundas vinculaciones de no solo estos asesinatos, sino de otros varios sin resolver, todos muy ligados a círculos de la Elite Española y europea.

Se conoce como crimen de Alcácer (o crimen de Alcàsser) al secuestro, violación, tortura y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, tres adolescentes de catorce y quince años del municipio valenciano de Alcácer, España. Al juicio derivado de este crimen se conoce como caso Alcácer (o caso Alcàsser).

Las adolescentes desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían haciendo autoestop a una discoteca de la vecina localidad de Picasent donde se celebraba una fiesta de su instituto. La búsqueda de las conocidas como niñas de Alcácer tuvo una fuerte repercusión en los medios de comunicación nacionales. El 27 de enero de 1993, setenta y cinco días después de su desaparición, dos apicultores encontraron los cadáveres semienterrados en una fosa de un paraje conocido como La Romana, próximo al pantano de Tous. El hallazgo de los cuerpos y el posterior conocimiento de las vejaciones a las que fueron sometidas provocaron una profunda conmoción en la sociedad española.

Las investigaciones policiales apuntaron a que el triple crimen fue cometido por dos delincuentes comunes: Antonio Anglés y Miguel Ricart (de 26 y 23 años respectivamente). El primero, considerado el presunto autor material de los hechos, huyó en el mismo momento en el que las fuerzas de seguridad procedieron a su localización. Aunque la búsqueda fue incesante, Antonio Anglés aún se encuentra en paradero desconocido. Por otro lado, Miguel Ricart fue detenido, juzgado y condenado a ciento setenta años de prisión (de los que solo cumplió veintiuno antes de ser puesto en libertad) en un juicio que no estuvo exento de polémica.

 

Noche de la desaparición

 

La tarde del viernes 13 de noviembre de 1992, Míriam García Iborra, de 14 años, María Deseada Hernández Folch (Desirée), de la misma edad, y Antonia Gómez Rodríguez (Toñi), de 15 años, salen de sus casas en Alcácer después de decirles a sus padres que iban a la discoteca Coolor, situada en las afueras del vecino municipio de Picasent.

Para llegar hasta la discoteca desde Alcácer había que recorrer una carretera que enlaza los dos municipios, que se encuentran separados entre sí por unos dos kilómetros. El último tramo es oscuro y no hay viviendas junto a la carretera. Era habitual encontrar en los alrededores de Coolor a jóvenes de las poblaciones cercanas haciendo autoestop, a pesar de que los fines de semana el dueño del establecimiento fletaba un autobús y alguna furgoneta para transportar a estos clientes.

Aquella noche, las tres adolescentes deciden desplazarse haciendo autoestop, pero desaparecen antes de llegar a su destino.

 

Búsqueda de las desaparecidas

 

El lunes 16 de noviembre, las familias de las muchachas esperaban su regreso a casa después de una aventura juvenil de fin de semana. Sin embargo, las chicas se habían ido con lo puesto y casi sin dinero. Este hecho descartaba la idea de una huida voluntaria y empezaba a alimentar la teoría de un rapto.

Durante los primeros días, varios testigos aseguraron haber visto a las jóvenes la noche de su desaparición. Un vecino de Alcácer que regresaba de Coolor aseguró haberlas visto caminando en dirección a la discoteca. Una semana después, una anciana declaraba haberlas visto subiéndose a un coche blanco en el que viajaban otras tres personas.

Las fuerzas de seguridad centraron sus primeras investigaciones en amigos de las menores, clientes habituales de la discoteca y sus dueños, llegando a la conclusión de que las adolescentes no habían llegado al local en ningún caso.12 También se indagó entre los reclusos de la prisión de Picasent puestos en libertad durante aquellos días.1 Además, se investigó a los delincuentes sexuales de la zona: durante dos semanas, fueron tras la pista de un hombre que satisfacía sus obsesiones sexuales en un descampado con muñecas grandes que compraba de una tienda.

El Ayuntamiento de Alcácer editó miles de carteles con datos de las pequeñas y los medios de comunicación se volcaron en la búsqueda de las muchachas.1 Cientos de españoles aseguraron haber visto a las menores. Se llegaron a organizar dispositivos policiales en Granada y en Pamplona siguiendo las pistas de la colaboración ciudadana.

Desde el gobierno, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, se interesó personalmente por el caso y se entrevistó con los padres de las jóvenes.1 Su Ministerio formó un equipo especial conjunto de la Guardia Civil y la Policía Nacional para colaborar en la búsqueda.2 El presidente del gobierno, Felipe González, recibió en Nochebuena a las tres familias y les transmitió su «profunda preocupación como padre».

La búsqueda se amplió fuera de España y se puso al corriente a los servicios de Interpol. Las familias de las desaparecidas distribuyeron carteles en varios idiomas por algunos países de África (una pista llevaba a Marruecos, adonde podrían haberlas llevado como esclavas sexuales) y Europa.2 El día en el que se hallaron los cuerpos sin vida de las tres chicas, el padre de Míriam, Fernando García, se encontraba en Londres con periodistas para difundir allí su búsqueda.

 

Hallazgo de los cadáveres

 

El miércoles 27 de enero de 1993 por la mañana, un apicultor de 69 años y su consuegro suben al monte a revisar unas colmenas de su propiedad. El lugar es conocido como La Romana, un paraje montañoso en el término municipal de Llombay, a unos doce kilómetros al norte del pantano de Tous y unos cincuenta al suroeste de la ciudad de Valencia. A las diez de la mañana, en las proximidades de las colmenas, los apicultores descubren un brazo humano medio desenterrado con un reloj de gran tamaño en la muñeca.

Un equipo de la Guardia Civil se trasladó al lugar de los hechos. El juez de guardia de Alcira, encargado del levantamiento de los cadáveres, tardó varias horas en llegar al lugar, pues estaba levantando un cadáver en otro municipio. En un primer momento, el tamaño del reloj en el brazo del cadáver hizo pensar al equipo que se iba a desenterrar a un hombre. Sin embargo, al excavar se descubrieron otros dos cuerpos, los tres de mujeres, en avanzado estado de descomposición. Los cadáveres se hallaban envueltos en una alfombra grande y nueva, en el interior de una fosa de grandes dimensiones que había sido excavada a propósito. Los cuerpos estaban maniatados y apilados uno encima del otro, sin tocarse entre sí. Dos de ellos presentaban la cabeza separada del resto del cuerpo. A pesar del deterioro de los cadáveres y sus prendas de vestir (los colores y los tejidos eran muy difíciles de identificar), los expertos ya apuntan a que podría tratarse de las tres niñas de Alcácer. El juez declaró secretas las diligencias.

Además de los cuerpos, en los alrededores de la fosa se hallaron objetos de diversa índole, como un cartucho sin percutir y un videojuego. Sin embargo, la pista más relevante fueron unos trozos de papel que se encontraron junto a unos matorrales. Tras su reconstrucción, resultó ser un volante del Hospital La Fe de Valencia a nombre de un tal Enrique Anglés, que había sido atendido de sífilis unos meses atrás.

Una vez desenterrados, los cadáveres fueron trasladados a Llombay. Sin haber realizado las autopsias, no existía la certeza de que los cuerpos hallados fueran los de las adolescentes desaparecidas; sin embargo, todos los indicios apuntaban a que se trataba de ellas. Los familiares se reunieron en el Ayuntamiento de Alcácer cuando, a última hora de la tarde, se les comunicó la noticia. A las once de la noche acude allí el presidente de la Generalidad Valenciana, Joan Lerma, para hablar con las familias. Poco antes de la medianoche, los cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Valencia.

 

Autoría

Primeras detenciones

 

A partir de la pista del volante hospitalario hallado en la fosa, Enrique Anglés y su amigo Miguel Ricart son detenidos el mismo día 27 de enero,25 aunque Enrique Anglés, que presenta trastornos mentales, es puesto en libertad esa noche.

Quien fue realmente al hospital es el hermano de Enrique, Antonio Anglés, un delincuente fichado por la policía que había suplantado su identidad.

 

Declaraciones de Miguel Ricart

 

Miguel Ricart confiesa su participación en el crimen en su primera declaración ante la Guardia Civil, el 28 de enero de 1993, y realiza una descripción de lo ocurrido. Según su narración de los hechos, él y Antonio Anglés recogen a las tres jóvenes en un Opel Corsa y, en lugar de llevarlas a la discoteca Coolor, las llevan a una caseta en la partida de la Romana. Allí las torturan, violan y mutilan. Luego, las obligan a caminar a la luz de unas velas hasta una fosa, donde las asesinan de un tiro en la cabeza. A continuación, envuelven sus cadáveres en un trozo de moqueta y las entierran.

Los días 30 de enero y 2 de marzo, Miguel Ricart realiza otras dos declaraciones similares en las que vuelve a poner de manifiesto su implicación en los delitos. En cambio, el 29 de marzo, dos meses después de su detención, realiza una cuarta declaración ante el juez en la que da un giro radical a su relato: Ricart niega su participación en los crímenes y asegura que la Guardia Civil le torturó para forzar su autoinculpación. Sin embargo, esta nueva versión se contradice con la opinión del médico forense que le reconoció tras su detención, que no apreció ninguna marca ni lesión en Ricart. Hasta la celebración del juicio, Ricart realiza dos declaraciones más (el 3 de septiembre de 1993 y el 30 de septiembre de 1994) en las que mantiene haber sido torturado.

 

Fuga de Antonio Anglés

 

La policía no consigue dar con el paradero de Antonio Anglés, que había emprendido su huida desde el primer momento. Una de las primeras pistas le sitúa el viernes 29 de enero de 1993 en una peluquería de Valencia. Los dueños del negocio alertaron a la policía después de haber atendido a un cliente que había acudido para que le quitaran el rubio teñido del pelo y que coqueteaba con las empleadas; a una de ellas llegó a preguntarle por la hora a la que terminaba de trabajar para pasar a por ella.

Las siguientes pistas le sitúan primero en Minglanilla (Cuenca) y más adelante en Portugal. Un colaborador de la policía antidrogas de ese país aseguraba en marzo de 1993 haber convivido con Antonio Anglés durante dos semanas en la localidad costera de Caparica. Según este colaborador, Anglés le robó el pasaporte con la intención de tomar un barco que le llevase a Brasil (su país de nacimiento). El 15 de marzo de 1993, la tripulación del barco mercante City of Plymouth descubre a un polizón portugués que, al ser descubierto, se lanza (o lanzan) al mar con un chaleco salvavidas. Este chaleco sería encontrado más adelante en la bocana del puerto sin rastro del polizón.

Desde entonces, el rastro de Antonio Anglés se pierde en el mar, aunque su búsqueda no cesa. El 11 de septiembre de 1995, se encuentra una calavera en una playa del condado de Cork (Irlanda) con el tabique nasal desviado, como el de Antonio Anglés. Sin embargo, la prueba de ADN que se le practicó resultó negativa. Por otro lado, en marzo de 1996, dos guardias civiles se desplazan a Uruguay para buscar al cliente de una prostituta cuya descripción coincidía con la de Antonio Anglés, pero tampoco logran dar con él.

En la actualidad, Antonio Anglés aparece en la web de Interpol como una de las personas más buscadas del mundo.

 

Autopsias

 

La escasez y el deterioro de los restos orgánicos de los implicados requerían análisis lentos y complejos. Debido a la insistencia de varias acusaciones, el sumario fue reabierto en varias ocasiones para incluir nuevas pruebas periciales, que fueron retrasando el inicio del juicio.

Se realizó un análisis de ADN a 15 pelos encontrados en los cadáveres y su ropa. Doce de ellos no pertenecían a Miguel Ricart, mientras que los tres restantes se encontraban dañados y no se pudieron analizar. Este hecho confirmaría la participación de terceras personas en el crimen.

El viernes 9 de mayo de 1997, tres días antes del comienzo del juicio, el forense y perito de la acusación particular, Luis Frontela, remite al tribunal un nuevo informe pericial en el que se documentan posibles manchas de sangre, semen y otros fluidos orgánicos hallados en la alfombra que envolvía los cadáveres de las víctimas. Para hallar las manchas, Frontela utilizó una nueva técnica que requería unos aparatos de los que no disponía hasta unos meses antes, y explica la necesidad de realizar nuevos análisis. Sin embargo, el Instituto Nacional de Toxicología no encontró en la alfombra dichas manchas.85 El informe no consiguió aplazar el juicio.

 

Giros de la Investigación que comprometen a círculos de la Elite

 

En septiembre de 1996, Fernando García (el padre de Míriam) cambió de abogados y tuvo acceso al sumario del caso. Las supuestas deficiencias en la recogida y análisis de las pruebas del crimen llevan a García, aconsejado por el periodista y criminólogo Juan Ignacio Blanco, a cuestionar el trabajo de la Guardia Civil, los forenses y los jueces. Juntos desarrollaron una teoría alternativa, según la cual Anglés y Ricart eran unos delincuentes comunes que seguían las órdenes de una banda organizada de asesinos, entre los que podrían encontrarse productores de vídeos snuff o personas poderosas. Desde su punto de vista, Ricart solo se habría encargado de enterrar los cadáveres, a las que se les habría dado muerte en otro lugar no determinado, mientras que Anglés habría sido asesinado y enterrado para evitar que delatase a los verdaderos culpables.

 

Acusaciones

 

García y Blanco no escatimaron medios en la divulgación de esta teoría alternativa, que a menudo acompañaban de incriminaciones directas que nunca eran probadas. Estas declaraciones, siempre polémicas, les reportaron numerosas denuncias y condenas.

Las declaraciones más controvertidas, por la ligereza con las que fueron realizadas, se hicieron en enero de 1997 en el programa Esta noche cruzamos el Mississippi. García y Blanco señalaron a varios políticos y empresarios relevantes de la época de pertenecer a una red de producción de snuff movies implicada en el crimen. Las acusaciones se realizaron en directo, proporcionando nombres y apellidos. 10 En octubre de 2001, tras la denuncia de algunos de los damnificados, el productor y presentador del programa, Pepe Navarro, reconoció por escrito los daños causados y pagó una indemnización millonaria que le libró del juicio. No sucedió así con García y Blanco que, a pesar de retractarse de sus palabras y pedir perdón, fueron condenados por calumnias.

La polémica continuó en paralelo al juicio contra Ricart, entre mayo y julio de 1997, en el programa diario de la televisión valenciana El juí d'Alcàsser. García acusó a los cuatro guardias civiles que participaron en el levantamiento de los cadáveres de trucar las fotos, mientras que Blanco les acusó de perder pruebas, como la navaja con la que apuñalaron a las víctimas. A los cuatro forenses les acusaron de mentir y les tildaron de «ineptos» y de «personajes de tebeo»;13 y al fiscal del caso, Enrique Beltrán, le acusaron de «no trabajar lo suficiente» y de «chochear».14 Por estas declaraciones, en junio de 2009, el juez condenó a Fernando García a pagar indemnizaciones por valor de 270.000 euros y una multa de 14.760 euros por un delito continuado de injurias graves con publicidad; Juan Ignacio Blanco fue condenado a dos años de prisión y al pago de indemnizaciones por valor de 260.000 euros; y Radiotelevisión Valenciana fue condenada como responsable civil subsidiaria por las injurias vertidas.

Meses después de la finalización del juicio se volvieron a realizar acusaciones no fundamentadas. En octubre de 1997, Juan Ignacio Blanco afirmó en una entrevista a la Revista de Gandía que el fiscal del caso, Enrique Beltrán, y el entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera, habían dado instrucciones para que las autopsias de las muchachas no se practicasen correctamente, con el fin de encubrir a los verdaderos asesinos. En abril de 2000, Blanco fue condenado al pago de una multa de 945.000 pesetas por un delito de injurias graves con publicidad y a indemnizar a Enrique Beltrán con un millón de pesetas. El editor de la revista fue absuelto.

 

Inconsistencias y cuestiones sin resolver

 

Desde que se conocieron los crímenes hasta la actualidad, diversos medios han ido apuntando a una serie de inconsistencias y cuestiones sin resolver sobre la investigación del caso que ponen en duda el relato de los hechos que se recoge en la sentencia del juicio. Estas dudas sobre la coherencia de las investigaciones hicieron que parte de la sociedad española diera más credibilidad a la teoría alternativa desarrollada por Fernando García y Juan Ignacio Blanco que a la versión oficial. Algunas de ellas se señalan a continuación.

Antes de empezar a excavar, el juez encargado del levantamiento de los cadáveres, José Miguel Bort, constata que en la superficie de la tierra se apreciaba «una mano saliente, deshuesada prácticamente en su totalidad, con dos huesos salientes y un reloj blanco». Más adelante, asegura que este cuerpo se encontraba maniatado.

Los trozos del volante de la Seguridad Social que incriminaban a un hermano de Anglés permanecieron sobre la fosa, en una zona de fuertes vientos, durante dos meses y medio.

Los pelos púbicos hallados en las dos autopsias apuntan a entre cinco y siete personas, no correspondiendo su análisis de ADN en ningún caso ni con Ricart ni con Anglés.

No se encontró rastro de sangre o fluidos orgánicos en la caseta donde se afirma que tuvieron lugar los hechos.

En uno de los cuerpos aparece incrustada una cruz de Caravaca que no pertenece a ninguna de las menores.

 

Últimas Investigaciones vinculan nuevamente a la Elite

 

El criminólogo Juan Ignacio Blanco volvió a defender su hipótesis de una trama criminal con personas muy importantes ligadas a círculos de poder e implicadas en los asesinatos de las niñas de Alcàsser durante una conferencia que impartió en Alboraya. Blanco calificó el caso de «un crimen de Estado», aseveró que hubo un doble enterramiento de los cadáveres y afirmó que las niñas estuvieron retenidas hasta en cuatro lugares diferentes de Madrid y Segovia antes de que fueran asesinadas, pero no aportó pruebas de su teoría de la conspiración. También aseguró que entregó al ministro del Interior una cinta de vídeo con imágenes grabadas por los criminales donde aparece una de las menores y varios de los implicados. Respecto a la autoría del triple asesinato, Blanco aseguró que no pudo ser Antonio Anglés porque ya estaba muerto cuando los apicultores encontraron los cadáveres de las niñas.

La Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención organizó el acto bajo el título «Crímenes sin resolver en la Comunidad Valenciana», pero la conferencia fue un monográfico sobre el caso Alcàsser. La charla contó también con la colaboración de la Asociación Valenciana de Estudiantes de Criminología. El presidente de la asociación Laxshmi, Félix Ríos, manifestó que hay «elementos de coincidencia» entre el caso Alcàsser y el de los niños de Macastre, Francisco Valeriano Flores Sánchez, de 14 años de edad, su novia Rosario Sayete Moedra, de 15 años, y Pilar Ruiz Barriga, también de 15 años, que murieron en extrañas circunstancias tras una excursión que realizaron a un paraje montañoso de Catadau.

 

Liberación de Información por Juan De La Familia Lankamp

 

Este pasado 13 nov. 2018 , se realizó el estreno fílmico mundial , sobre la investigación realizada por Juan Lankamp para TV, para el caso denominado Alcasser el Apócrifo Pacto De Estado.  Iniciando en esta oportunidad con la serie producida Las Cloacas del Estado, una serie de 8 Capítulos, donde inicialmente Antonio Peraire Edo, vinculado, al caso BAR ESPAÑA realiza revelaciones en esta serie Las Cloacas del Estado y del levante español.

En esta ocasión, Antonio Peraire Edo, portero del Bar España, (esto en referencia al entramado CASO BAR ESPAÑA), realiza declaraciones escalofriantes que conectan los negocios más profundos de las cloacas del estado y del levante español. Un dialogo donde la tensión de la conversación sube a cada segundo e interconecta el crimen múltiple de Alcàsser, y el caso Bar España.

Os dejo por aquí los links a las aplicaciones donde esta publicado este extraordinario documento periodístico fruto de años de trabajo arduo de la investigación que realice.

 

http://asesinatossinresolver.blogspot.com/

www.youtube.com/watch?v=_0kh-cmZ12k

www.youtube.com/channel/UCV840L7OMn3nT2zWl0dbgcQ

https://www.facebook.com/people/Juan-De-La-Familia-Lankamp/100006083205728

https://vimeo.com/user40785190

 

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Direccion del Lanzamiento  del film Oficial

 

https://www.youtube.com/watch?v=emmPIbrCCjo

https://www.youtube.com/watch?v=R_RKH9xVsV0

https://www.youtube.com/watch?v=_0kh-cmZ12k

 

BIOGRAFIA DE JUAN DE LA FAMILIA LANKAMP - INVESTIGADOR

 

Juan Lankamp Riaza, investigador con más de 6 años de experiencia.

Locutor de radio en varios programas de radio freelance desde el 2012 a la fecha.

Juan Lankamp Riaza (Rotterdam, 13 de marzo de 1996) es investigador y analista del abuso ritual satánico, escritor del libro Las Víctimas Del Caso Marc Dutroux, director de Cenic Center Área Europa, ha investigado casos cómo Marc Dutroux y Bar España, ha realizado investigaciones privadas para casos que han ocultado diferentes evidencias donde se encuentra gente de poder implicada.

Locutor de radio, desde hace 5 años empezó realizando sus primeros programas con el podcast Csijuan, durante años, ha ido entrevistando a diferentes investigadores de la materia conspirativa, hasta la fundación del proyecto Juan Lankamp.

También ha investigado sobre los linajes de las familias más poderosas del mundo. Ha realizado la conocida desclasificación sobre el abuso ritual satánico fue televisado en YouTube, en el programa Juan Lankamp, canal con más de 18.308 suscriptores, ha realizado polémicas declaraciones en contra del poder político y poder monárquico. En el 25 aniversario, del caso Alcàsser basándose en la documentación del funcionario de prisiones Gonzalo Luis Fontenla Vázquez denunció en directo que supuestamente el rey emérito participó en el caso Alcàsser y fue un pacto de estado por parte de gente poderosa. Juan Lankamp Riaza publica el libro Las Víctimas Del Caso Marc Dutroux (Círculo Rojo), en el que muestra las supuestas evidencias de otra vez la élite poderosa detrás de los secuestros de menores en Bélgica.

 

Email: juancriminologia@gmail.com

WhatsApp de Contacto: +34-646597288

 

REFERENCIAS

https://www.lasprovincias.es/sucesos/criminologo-juan-ignacio-blanco-teoria-conspiracion-caso-alcasser-20180412201459-nt.html

http://elpais.com/diario/1993/01/28/espana/728175620_850215.html

http://elpais.com/diario/1997/05/11/espana/863301615_850215.html

http://elpais.com/diario/1997/05/10/espana/863215220_850215.html

http://elpais.com/diario/2000/04/11/cvalenciana/955480690_850215.html

http://asesinatossinresolver.blogspot.com/

www.youtube.com/watch?v=_0kh-cmZ12k

www.youtube.com/channel/UCV840L7OMn3nT2zWl0dbgcQ

https://www.facebook.com/people/Juan-De-La-Familia-Lankamp/100006083205728

https://vimeo.com/user40785190